JUANA DE IBARBOUROU
(1892-1979)
(1892-1979)
Poeta uruguaya nacida en Melo en 1892. Desde muy joven empezó a publicar los primeros poemas bajo el seudónimo de Juanita de Ybar, los cuales fueron compilados en su primer libro, «Lenguas de Diamante», obra que la lanzó a la más resonante fama. Su estilo inicial fue apasionado y sensual dentro de la órbita modernista, vinculándose luego al vanguardismo. Su verso, con el paso del tiempo, ganó serenidad y melancolía, haciéndola alcanzar el Premio Nacional de Literatura en 1959.
LA PEQUEÑA LLAMA
Yo siento por la luz un amor de salvaje.
Cada pequeña llama me encanta y sobrecoge;
¿no será, cada lumbre, un cáliz que recoge
el calor de las almas que pasan en su viaje?
Hay unas pequeñitas, azules, temblorosas,
lo mismo que las almas taciturnas y buenas.
Hay otras casi blancas: fulgores de azucenas.
Hay otras casi rojas: espíritus de rosas.
Yo respeto y adoro la luz como si fuera
una cosa que vive, que siente, que medita,
un ser que nos contempla transformado en hoguera.
Así, cuando yo muera, he de ser a tu lado
una pequeña llama de dulzura infinita
para tus largas noches de amante desolado.
Yo siento por la luz un amor de salvaje.
Cada pequeña llama me encanta y sobrecoge;
¿no será, cada lumbre, un cáliz que recoge
el calor de las almas que pasan en su viaje?
Hay unas pequeñitas, azules, temblorosas,
lo mismo que las almas taciturnas y buenas.
Hay otras casi blancas: fulgores de azucenas.
Hay otras casi rojas: espíritus de rosas.
Yo respeto y adoro la luz como si fuera
una cosa que vive, que siente, que medita,
un ser que nos contempla transformado en hoguera.
Así, cuando yo muera, he de ser a tu lado
una pequeña llama de dulzura infinita
para tus largas noches de amante desolado.
TEXTO EM PORTUGUÊS
A PEQUENA CHAMA
Tradução de Solon Borges dos Reis
Eu sinto pela luz um amor de selvagem.
Cada pequena chama me encanta e surpreende.
Não será cada lume um cálice que prende
O calor das almas que passam em sua viagem?
São pequenas algumas, azuis, cautelosas,
tais como as boas almas, graves e serenas;
outras, quase brancas, fulgores de açucenas;
outras quase rubras: espíritos de rosas.
Respeito e adoro a luz e assim a tenho amado
como coisa que vive e sente e que medita;
um ser que nos contempla em foto transformado.
Assim, quando eu morrer, hei de ser ao teu lado
uma pequena chama, em doçura infinita,
pra tuas longas noites de amado desolado.
A PEQUENA CHAMA
Tradução de Solon Borges dos Reis
Eu sinto pela luz um amor de selvagem.
Cada pequena chama me encanta e surpreende.
Não será cada lume um cálice que prende
O calor das almas que passam em sua viagem?
São pequenas algumas, azuis, cautelosas,
tais como as boas almas, graves e serenas;
outras, quase brancas, fulgores de açucenas;
outras quase rubras: espíritos de rosas.
Respeito e adoro a luz e assim a tenho amado
como coisa que vive e sente e que medita;
um ser que nos contempla em foto transformado.
Assim, quando eu morrer, hei de ser ao teu lado
uma pequena chama, em doçura infinita,
pra tuas longas noites de amado desolado.
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